La maicena se puede utilizar en cocina para espesar salsas, cremas o sopas. La manera de utilizarla como espesante es mezclando una cucharada de maicena en agua fría, calentándola y removiéndola hasta encontrar el espesor adecuado.

Es muy utilizada también en repostería para elaborar panes, bizcochos, magdalenas ya que así las elaboraciones quedarán mucho más esponjosas. La proporción para repostería es reemplazando 1/3 de maicena por harina convencional.

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